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Mónica, la profa de castellano

LA RIQUEZA DEL ESPAÑOL

LA RIQUEZA DEL ESPAÑOL

 

Un ejemplo de la riqueza del Español es el número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada que hace referencia a los atributos masculinos: "cojones"

Si va acompañada de un número, tiene significados distintos, según el número utilizado. Así "uno" significa caro o costoso (valía un cojón), "dos" valentía (tenía dos cojones), "tres" desprecio (me importa tres cojones), un número muy grande y par implica dificultad (lograrlo me costó mil pares de cojones).

El verbo cambia el significado. "Tener" indica valentía (aquella persona tiene cojones), aunque en admiración da idea de sorpresa (¡tiene cojones!), "poner" expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa). "Cortar" puede utilizarse para apostar (me corto los cojones) o para "amenazar" (te corto los cojones).

El tiempo del verbo utilizado tambien varía el sentido de la frase. Así "tocar" por ejemplo, en tiempo presente, indica molestia o hastío (me toca los cojones) y el imperativo sorpresa (¡tócate los cojones!) o desprecio (¡tócame los cojones!). Los prefijos o sufijos modifican el sentido de la palabra; "a" expresa miedo (acojonado), "des" implica cansancio (descojonado), "udo" indica perfección (cojonudo) y "azo" se refiere a la indolencia o abulia (cojonazos).

Las preposiciones matizan la expresión. "De" significa éxito (me salió de cojones) o cantidad (hace un frío de cojones), "por" expresa voluntariedad y empeño (lo haré por cojones) y "sin" cobardía (era un tío sin cojones).

Es distinto el color, la forma, la simple textura o el tamano. El color violeta expresa el frío (se me quedaron los cojones morados), la forma, el cansancio (tenia los cojones cuadrados), pero el desgaste implica experiencia (tenía los cojones pelados de repetirlo). Es importante el tamaño y la posición (tenía dos cojones grandes y bien plantados); sin embargo hay un tamaño máximo que no puede superarse (tiene los cojones como el caballo del Cid), porque entonces indica torpeza o vagancia (le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos e incluso necesita una carretilla para llevarlos).

La interjección ¡cojones! significa sorpresa, y cuando uno se halla perplejo los solicita (¡manda cojones!).

En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes (¡me sale de los cojones!).

En resumen, será difícil encontrar una palabra en Castellano o en otros idiomas que al igual que "cojones" tenga tantas acepciones.

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